Días 16, 17 y 18: la vuelta a casa

turismo y viajes a indonesia


Hoy es nuestro último día en Indonesia. Estamos en Kuta, Bali, pero a mediodía sale nuestro vuelo hacia Yakarta, donde mañana cogeremos un vuelo para volver a Barcelona definitivamente. Como estamos relativamente cerca del aeropuerto de Denpasar y nos hemos despertado temprano, decidimos disfrutar un ratito de la piscina del hotel antes de hacer el check-out. Y eso hacemos.
 
Hacia las diez y media, sin embargo, ya estamos preparados en la recepción del hotel esperando a nuestro taxi. El viaje al aeropuerto, a pesar del tráfico, es corto y, una vez allí, todo transcurre con normalidad. Y así, sin tiempo para deprimirnos, nos despedimos de Bali y embarcamos.

Día 15: de vuelta en Bali

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Bueno, aunque parezca mentira, amanece nuestro último día en Lombok. Hoy tenemos por delante un día de viaje de lo que ya puede empezar a considerarse nuestra vuelta a casa. Todos nuestros desplazamientos anteriores habían sido hacia el este, siempre avanzando; hoy, sin embargo, volvemos al oeste, o sea, retrocedemos. Nos da penita, la verdad, sobre todo después de haber pasado tres días en un entorno inolvidable y alojados en un hotel de esos que sólo se ven en las películas.

Día 14: sol y relax en Gili Air

Día 14: Gili Air
El imán de la mezquita vuelve a darnos hoy los buenos días con alegría. Son las cinco de la mañana cuando nos despierta, así que decidimos darnos la vuelta e intentar seguir durmiendo un ratito más. Hoy, además, no tenemos absolutamente ninguna prisa porque, por primera vez en dos semanas, no tenemos nada planificado.

Nos levantamos un rato más tarde y, mientras desayunamos, valoramos los posibles planes para hoy. Aunque ayer nos planteamos hacer alguna excursión por Lombok, lo cierto es que también nos hemos quedado con ganas de conocer más las islas Gili y, como es tan fácil ir hasta allí desde nuestro hotel, acabamos decantándonos por esa idea.

Día 13: snorkel en las islas Gili

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Todavía no ha salido el sol cuando una voz estridente nos despierta. Al principio pienso que ha sido un sueño. Sin embargo, a medida que empiezo a tomar consciencia de dónde estoy, me doy cuenta de que la voz es más que real. Se trata del imán de la mezquita del pueblo, que debe estar a unos 300 metros del hotel, aunque se oye como si tuviéramos unos altavoces dentro de la habitación. Todavía son las cinco de la mañana, así que intentamos conciliar el sueño de nuevo, aunque, durante los siguientes veinte o treinta minutos, los cánticos continúan. A mí, sin embargo, no me molestan. De hecho, me parece todo muy auténtico.

El transporte en Indonesia

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Durante los 18 días que duró nuestro viaje por Indonesia, en los que recorrimos Java, Bali, Lombok y las islas Gili, utilizamos varios medios de transporte diferentes (aéreos, marítimos y terrestres según el tipo de trayecto). Por cuestiones de ahorro de tiempo, en general utilizamos más el transporte privado que el público; sin embargo, para la mayoría de trayectos que hicimos también había disponibles medios de transporte públicos muchísimo más baratos. Como ya comenté en la entrada sobre el presupuesto para un viaje por Indonesia, hay opciones para todos los bolsillos y necesidades. A continuación, os explicamos qué medios de transporte utilizamos nosotros durante nuestro recorrido por el país.

Día 12: primer atardecer en Lombok

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El despertador nos suena hoy a las siete de la mañana. ¡Buenos días, Bali! Nos levantamos muy animados, ya que hoy cambiamos de isla y empieza nuestra etapa relax del viaje. Nos esperan varios días de sol, playa, cocoteros y masajes. Esa es, al menos, la teoría.

Sin embargo, eso significa que tenemos que despedirnos de este maravilloso hotel. Aun así, tenemos muchas esperanzas puestas en el siguiente, cuya página de Trip Advisor promete aislamiento, paz y atardeceres en cabañas de madera frente al mar. Hacemos las maletas de nuevo. Lo hemos hecho ya varias veces, así que tenemos un dominio casi perfecto de la técnica. Tras adecentarnos un poco, y con las mochilas cargadas al hombro, decimos adiós a nuestra habitación y bajamos a la recepción, donde, en teoría, nos tiene que recoger un minibús. Este servicio está incluido en el precio que pagamos por el billete de barco rápido que nos tiene que llevar a Senggigi, en Lombok. Sin embargo, como ya os comenté ayer, yo no las tengo todas conmigo. Os explico por qué. Nosotros contratamos este viaje a través de una ONG llamada Kupu Kupu. Lo hicimos desde España, y anteayer un chico de la organización se acercó a nuestro hotel a darnos nuestros billetes, como habíamos acordado con Begoña, nuestro contacto en la ONG (y que, por cierto, se portó genial con nosotros y nos ayudó un montón). El billete, sin embargo, no me daba confianza, acostumbrada a los típicos que tenemos aquí, con su código de barras y todo. Era un papelito con el logo de la empresa (Wahana Gili Ocean) en el que alguien había escrito (a mano) nuestro destino, el número de pasajeros y nuestro nombre (con algún que otro error, por cierto). Total, que a mí todo esto no me acaba de cuadrar.

Los 7 tours que contratamos en Indonesia

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Cuando decidimos que el destino de nuestro viaje iba a ser Indonesia y empezamos a planear la ruta, se nos planteó una de las primeras disyuntivas: hacerlo todo por nuestra cuenta (utilizando transporte público) o, por el contrario, contratar guías que nos llevaran a los diferentes destinos. Tras leer muchos blogs y foros sobre viajes al país en cuestión, y teniendo en cuenta el hecho de que nosotros sólo disponíamos de 18 días, decidimos que lo mejor era llevar una serie de tours (aunque no todos) contratados desde España para aprovechar nuestro tiempo al máximo. Si hubiéramos tenido dos meses para recorrer el país, probablemente habríamos optado por la otra opción o, al menos, por esperarnos a llegar allí y contratar transporte o guías in situ. Sin embargo, a pesar de haber sido una decisión práctica más que de preferencia, podemos decir que, en general, estamos muy satisfechos con los tours que elegimos. Así pues, si te interesa saber cuáles contratamos y qué opinión nos merecen, sigue leyendo. 

Día 11: catarata virgen, Bedugul y Tanah Lot

Día 11: catarata, bedugul y tanah lot

¡Buenos días desde nuestro maravilloso hotel de Bali! Hoy es nuestro último día en la isla y tenemos excursión con Kirno, el guía tan simpático con el que estuvimos anteayer. Hemos quedado con él a las nueve, así que nos levantamos con calma, nos arreglamos y desayunamos tranquilamente en el restaurante del hotel. A la hora acordada, Kirno llega a la recepción, donde Vicent y yo lo estamos esperando. Lleva tejanos y un polo, así que deducimos que los templos que visitaremos hoy no son tan estrictos con la indumentaria de los visitantes. Yo, aun así, llevo en la mochila mi sarong, por si las moscas.

5 experiencias imprescindibles en Indonesia

5 experiencias imprescindibles en Indonesia

Indonesia es un país formado por más de 17.000 islas. Obviamente, es muy difícil hacer una valoración del país habiendo visitado sólo una minúscula parte de ellas. Aun así, casi 3 semanas en Indonesia pueden dar para mucho, si te organizas. En nuestro viaje, recorrimos Java de oeste a este, y visitamos Bali, Lombok y las islas Gili. Nos quedó muchísimo por ver, pero estamos seguros de que volveremos. Mientras llega ese momento, aquí está nuestra selección de las mejores experiencias que vivimos durante nuestro viaje.

Día 10: ruta por el este de Bali

Día 10: ruta por el este de Bali

Son las siete y media cuando nos suena el despertador. Estamos muy descansados, así que no nos cuesta nada salir de la cama y ponernos en marcha. Además, hoy, aunque vamos a visitar varios lugares, tenemos la sensación de que va a ser un día más relajado que ayer, ya que a mediodía iremos a la playa y tenemos la intención de estar allí un buen rato disfrutando del mar.
 
Tras volver a desayunar como si no hubiera mañana, salimos a la puerta del hotel, donde nos espera Eka, nuestro guía de hoy. El tour que vamos a hacer lo hemos contratado en una ONG llamada Kupu Kupu y nos ha salido muy bien de precio. Eka habla un inglés más que decente y nos recibe en su coche con una sonrisa de oreja a oreja.
 
El primer lugar que visitaremos hoy es el museo Semarajaya, en el pueblo de Klungkung. Yo no soy muy fan de los museos en general, y menos cuando estoy en un país en el que el simple hecho de ir por la calle ya me parece supereducativo y fascinante. Sin embargo, estoy en modo relax, así que hoy todo me parece estupendo. A diferencia de ayer, que estuvo nublado buena parte del día, hoy tenemos un cielo azul precioso, así que aprovechamos el viaje (de poco más de 40 minutos) para disfrutar del paisaje. También aprovechamos para hablar con Eka y conocer otra perspectiva diferente de la vida en Bali.

Día 9: descubriendo Ubud

Día 9: descubriendo Ubud

¡Buenos días desde Bali! Hoy amanecemos a una hora más que decente: las siete de la mañana. Comparado con los horarios que hemos tenido en Java, incluso nos da la sensación de que es un poco tarde. Pero la verdad es que ya nos tocaba descansar en condiciones.

Nada más abrir los ojos, pienso en el desayuno que nos espera hoy. Si el bufet está a la altura del hotelazo en el que estamos, tiene que ser espectacular. Estamos impacientes, así que nos vestimos y bajamos corriendo a comprobarlo. Efectivamente, es el mejor bufet que hemos visto en lo que va de viaje. Hay de todo: desde el típico arroz con verduras, hasta bollería, gofres y tortitas con chocolate cocinados allí mismo, pasando por fruta de todo tipo, tostadas con huevos revueltos y cereales. Decido coger un poco de todo. Así, a lo bruto.

Después de desayunar, subimos de nuevo a la habitación a preparar las mochilas y volvemos a bajar a la recepción a esperar a nuestro guía, Kirno. Llega puntual. Lo reconocemos fácilmente. Es un hombre bajito, de aspecto amable, y lleva puesto un sarong y un turbante en la cabeza. Habla un español casi perfecto. Tras presentarnos, repasamos el itinerario de hoy.

Día 8: llegada a Ubud

Día 8: llegada a Ubud

¡Buenos días, Java! Son las 6:30 y nos acaba de sonar el despertador. Parece tempranísimo, pero es que anoche nos acostamos muy temprano y, además, hay que aprovechar al máximo las horas de sol. Nos adecentamos un poco y nos pasamos por el bufet de desayuno que ofrece el restaurante. Hoy vuelvo a comer tallarines y huevos, y, de nuevo, me arriesgo con la fruta pelada, en contra de las recomendaciones de nuestro médico.
 
Tras volver a pasar por la habitación a recoger nuestras mochilas, nos ponemos en marcha. Estamos cerca del puerto donde tenemos que coger el ferry, pero no lo suficiente como para ir andando. Además, queremos llegar a Bali lo más pronto posible. Cogemos un taxi en el aparcamiento del hotel y por menos de dos euros nos llevan al puerto. Allí, mientras buscamos la entrada y el lugar donde se compran los billetes, unos señores nos ofrecen transporte privado desde Gilimanuk (el puerto en el que atracaremos ya en Bali) hasta nuestro hotel en Ubud por 250.000 rupias (unos 17 euros). Teniendo en cuenta que hay unas cuatro horas de viaje, nos parece demasiado barato y no nos fiamos. Además, esos hombres no nos transmiten mucha confianza. Sabemos que una vez en Bali también existe la opción de coger un autobús, así que de momento no nos preocupamos y decidimos que ya nos buscaremos la vida al llegar a la otra isla.

Día 7: amanecer en el Bromo y viaje a Banyuwangi

Día 7: amanecer en el Bromo y viaje a Banyuwangi

Cuando suena el despertador, cinco minutos antes de las dos de la mañana, tengo la sensación de haber dormido poco más de diez minutos. Tengo mal cuerpo, pero decido que el cansancio no va a fastidiarme una de las mejores experiencias del viaje: la visita al monte Bromo para ver el amanecer.
 
Nos cambiamos, nos comemos un par de galletas que compramos ayer en la tiendecita de la estación de Surabaya, y a las 2:20 ya estamos fuera (con nuestras bonitas chaquetas alquiladas, porque hace un frío que pela). En la carretera nos encontramos con David, que nos presenta al conductor que nos llevará hasta el mirador desde donde veremos el amanecer. Bueno, presentárnoslo es un decir. Entre que está muy oscuro y que va muy tapado (por el frío), no llegamos a verle muy bien la cara.
 
Nos subimos en la parte trasera del jeep y emprendemos el viaje hacia el mirador. Viajamos en silencio, concentrados en el traqueteo constante del vehículo. Al cabo de unos quince minutos, empezamos a ver las luces de unas motos que van detrás de nosotros y que, poco después, nos adelantarán. La primera parte del viaje es toda por una carretera rodeada de bosque, pero, pasado un tiempo, llegamos a una zona en la que parece que no hay asfalto, sino arena. Sí, por las ventanas distinguimos una especie de desierto. A lo lejos, muchos otros jeeps avanzan en la misma dirección que nosotros. Esperemos que el mirador no esté abarrotado.

Nuestros hoteles en Indonesia

Nuestros hoteles en Indonesia
 
A la hora de hacer turismo por Indonesia, puedes encontrarte con múltiples opciones de alojamiento, para todos los gustos y todos los bolsillos. Nosotros decidimos optar por una gama media y centramos nuestra búsqueda en dos requisitos principales: limpieza y localización. En la gama de precios que buscamos, alrededor de unos 10-15 euros por persona y noche, no tuvimos problema en encontrar hoteles que se adaptaran a nuestras necesidades ni en Java ni en Lombok (e incluso en Kuta). En Ubud, sin embargo, nos costó muchísimo encontrar un hotel que reuniera todos nuestros requisitos por ese precio, y acabamos dándonos un capricho y ampliando nuestro presupuesto. Al final del viaje, acabamos pagando una media de entre 17 y 18 euros por persona y noche. 

Para organizar el tema del alojamiento utilizamos dos herramientas: Trip Advisor y Booking.com. Tras el viaje, podemos decir que tanto la una como la otra nos han resultado utilísimas. A continuación, os dejo la lista de hoteles concretos en los que nos alojamos y nuestras recomendaciones.

Día 6: Surabaya y viaje al Bromo

Surabaya y viaje al Bromo

Son las 5 de la mañana, y nos suena el despertador. Hoy tenemos un largo día de viaje por delante. Primero, cogeremos un tren que nos llevará directos a Surabaya, una de las grandes ciudades de Java. Allí nos recogerá un conductor que hemos contratado para llevarnos a un hotel cerca del monte Bromo.

Aunque es muy temprano, en el hotel, muy amablemente, nos permiten bajar a desayunar al restaurante. Por lo que vemos, nos somos los únicos viajeros que han madrugado hoy. Tras tomarnos el ya típico desayuno de arroz con verduras (que me encanta, por cierto), nos recoge un taxi y nos lleva a la estación de tren donde dos días antes habíamos imprimido los billetes. ¡Y menos mal! La estación está llena de gente andando de un lado para otro. Hay varias colas, pero no sabemos exactamente a qué espera cada una. Decido ponerme en una al azar mientras Vicent se adelanta para intentar investigar cuál es la de nuestro tren. Nadie tiene muy claro cuál es, pero parece que la gente de mi alrededor también va a Surabaya, así que decidimos quedarnos ahí.

Los minutos pasan y la cola avanza muy poco a poco. Me empiezo a poner de los nervios. Las estaciones suelen causarme este efecto. "¡A ver si no vamos a llegar!" "¡Vicent, pregúntale a esa mujer, va!" Varios minutos más tarde, la cola empieza a avanzar y una trabajadora de la estación empieza a gritar el nombre de un tren. Creemos que es el nuestro y nos acercamos corriendo. Efectivamente. A menos de diez minutos de la hora de salida prevista, conseguimos pasar la barrera del andén y entramos en el tren. Buf, por qué poco.

Nuestro viaje en dos minutos

Nuestro viaje en dos minutos

 

Día 5: tour en bici y Prambanan

Día 5: tour en bici y Prambanan


Hoy el despertador nos suena a una hora más decente. Son las siete. Bajamos al restaurante del hotel, donde disfrutamos de un desayuno a base de arroz, tortilla y verduras salteadas. A las 8 menos cuarto nos recoge el taxi que le habíamos pedido anoche al recepcionista para llevarnos a ViaVia, donde empezaremos nuestra excursión en bicicleta por los pueblecitos de alrededor de Yogyakarta. Durante el trayecto, al volver a ver la locura del tráfico de la ciudad, me planteo si la excursión en bicicleta es una opción sensata. "Tranquila, Ana. Seguro que la excursión empieza directamente en algún camino de las afueras. No se pueden arriesgar a llevar a turistas por estas calles." Intento autoconvencerme, sin éxito.
 
Al llegar a ViaVia, nos encontramos en la puerta a tres personas con pinta de turistas. Nos preguntamos si serán nuestros compañeros de excursión y, al cabo de unos minutos, cuando sale nuestra guía, Heni, descubrimos que sí. Heni es una chica joven con un nivel de inglés altísimo. Es de Yogyakarta, así que ¿quién mejor para hablarnos sobre el lugar? El resto del grupo está formado por una pareja de holandeses muy rubios y un chico de Singapur. Todos llevan ya varias semanas viajando por Indonesia, así que nosotros somos los novatos del grupo.

Día 4: Borobudur y volcán Merapi

Día 4: Borobudur y volcán Merapi

Son casi las 5 de la mañana cuando nos llaman al teléfono de la habitación. Nuestro guía y conductor, Johan, nos está esperando en la puerta del hotel. Bajamos y tras una escueta presentación, nos metemos en el coche e iniciamos nuestro camino hacia Borobudur. Todavía es de noche, pero para cuando lleguemos, ya habrá amanecido. Tenemos unos 40 kilómetros de viaje, pero Johan, que es muy hablador, nos los hace muy amenos. Nos cuenta que Borobudur es el monumento budista más grande del mundo y un lugar de peregrinaje para los que practican esa religión. También nos cuenta que durante el día se llena de turistas pero que a primera hora (abren a las 6) no debería haber mucha gente.
 
turismo y viajes a indonesiaCuando estamos a un par de kilómetros del templo, vemos una especie de campamento escolar a un lado de la carretera. Nos llama la atención y Johan decide parar para enseñárnoslo. Según nos cuenta, los colegios, que acaban de empezar el curso, organizan este tipo de acampadas para que los niños se diviertan y empiecen con buen pie. Nos paseamos por dentro, entre las tiendas, y los niños nos miran sorprendidos. Para no ser ni las 6 de la mañana, hay bastante actividad. Algunos se lavan los dientes; otros juegan al ajedrez; otros tocan unos instrumentos musicales hechos por ellos mismos. En el centro del campamento hay una gran explanada donde más de 60 niños y niñas ensayan una coreografía. A nosotros al principio nos sabe un poco mal ir paseándonos por allí y haciendo fotos sin haber pedido permiso, pero los niños (y los adultos) parecen estar encantados con nuestra visita y nuestro reportaje fotográfico.

¿Cuánto dinero me voy a gastar?

Cuánto dinero me voy a gastar

En términos generales, un viaje a Indonesia te puede salir tan caro o tan barato como tú quieras, ya que hay opciones de alojamiento y restaurantes para todos los bolsillos. Los vuelos son otro tema, pero siguiendo los consejos de los expertos también es posible ahorrar algo de dinero al hacer la reserva. A continuación, te explicamos nuestra experiencia sobre cuánto puede costarte un viaje de 18 días a Indonesia.

Día 3: primer día en Yogyakarta

Día 3: primer día en Yogyakarta

 Suena el despertador. Son las 2:30. Hemos dormido poco más de cuatro horas, pero estamos tan emocionados que nos da igual. ¡Nos vamos a Yogyakarta! Anoche nos lo dejamos todo preparado, así que en 20 minutos  estamos listos. El taxi nos recoge a las 3:00 y llegamos al aeropuerto unos 45 minutos más tarde. Pagamos 150.000 rupias (unos 10 euros) y entramos a la terminal de salidas. Nuestro vuelo sale a las 5:50 y aún no está abierto el mostrador.

Decidimos desayunar algo. Tras comernos dos napolitanas de chocolate en la única cafetería que hemos encontrado, volvemos al mostrador, que ya está abierto. Facturamos las mochilas (esta vez, con menos miedo que la anterior, ya que es un vuelo directo) y nos vamos a esperar delante de nuestra puerta de embarque.

Viajamos con Air Asia, una compañía de las, en teoría, más fiables del país (en otro post os contaremos nuestra odisea para decidir qué aerolíneas elegir). El vuelo es precioso y, aun habiendo dormido muy poco esta noche, somos incapaces de dormirnos. Está nublado y, durante la primera parte del viaje, por la ventanilla sólo vemos una capa de nubes por la que se asoman de vez en cuando las cumbres de los volcanes y montañas. Después, la nubosidad se despeja y empezamos a ver lo que hay debajo.

Día 2: descubriendo Yakarta

Día 2: descubriendo Yakarta

Amanece el día 13 de agosto en Yakarta. Es jueves. Nuestro despertador suena a las 7 de la mañana. Nada de jet-lag (¡yuhu!). Queremos aprovechar bien el día porque aquí se hace de noche alrededor de las 6 de la tarde, así que nos levantamos con energía, nos damos una ducha rápida y bajamos a desayunar. El bufet del hotel no está nada mal. Desayunamos arroz, revuelto, tostadas, zumo de naranja y pudin de arroz con leche de coco.
 
Antes de las 9 de la mañana estamos en la calle. Con la luz del día, la callejuela que ayer nos pareció tan terrorífica no tiene tan mala pinta. De hecho, para ser una calle tan estrecha, hay bastante ambiente. A medida que avanzamos, nos encontramos, a ambos lados, varias paraditas con comida y bebida. La mayoría incluso tienen mesas para los clientes, que disfrutan allí de su desayuno. Llegamos a la gran avenida, la misma que cruzamos anoche. Hay muchísimo tráfico, pero lo que más nos llama la atención es la cantidad de motos que hay. Nunca habíamos visto nada igual. 
 
Tras varios minutos buscando el momento, conseguimos cruzar la avenida y llegamos al parque donde está el Monumen Nasional (o Monas). Sin embargo, la verja que hay en este lado está cerrada y nos toca rodear el parque hasta encontrar una abierta. Tras unos quince minutos de caminata (el parque es muy grande), damos con una y entramos. Mientras avanzamos en dirección al monumento, nos encontramos con una especie de ceremonia religiosa. Hay un predicador y varias decenas de militares. Por lo demás, el parque está bastante tranquilo. 

Día 1: llegada a Yakarta

Día 1: llegada a Yakarta

En Singapur nos toca hacer una parada técnica. Nosotros creíamos que no tendríamos que bajar del avión, pero al aterrizar nos damos cuenta de que todo el mundo tiene intención de salir de la cabina. Además, nuestra compañera de asiento nos confirma que ella tampoco sigue en el mismo avión, que tiene que coger otro vuelo. Así que, bueno, bajamos del avión. Y también lo agradecemos.
 
Al llegar a la terminal donde tendremos que esperar casi una hora y media, tanto Vicent como yo estamos superexcitados. Todavía no hemos llegado a nuestro destino, pero Singapur ya nos parece lo suficientemente exótico (incluso el aeropuerto). Después de dar cuatro brincos de la emoción y de lavarnos los dientes, nuestra misión es conseguir la contraseña del wifi para poder comunicarnos con nuestras familias. Y lo hacemos. Una vez puestos al día con nuestras redes sociales, nos damos una vuelta. Fruto de la excitación, nos parece que todo el mundo es extremadamente amable, que el internet es extremadamente rápido y que los asientos en los que pasamos los últimos minutos antes de volver a embarcar son extremadamente cómodos. Nos encanta Singapur (¡Ja ja!).
 
Tocamos el fuselaje con cariño y volvemos a embarcar. Estamos en los mismos asientos. Nuestra compañera de viaje es ahora una mujer asiática que tiene a su marido y a su hijo en el asiento de atrás. Ahora tenemos un vuelo que, a decir verdad, no sabemos cuánto dura. Por no saber, no sabemos ni qué hora es allí, ni qué hora biológica es para nosotros, ni la diferencia horaria entre Singapur y Yakarta. Con tanta desinformación, decidimos que lo mejor es confiar en los pilotos, ponernos una película y disfrutar de nuestro último vuelo de hoy.

Día 0: de Barcelona a Singapur

Día 0: de Barcelona a Singapur

Tras varios meses de intensa preparación, por fin ha llegado el día: ¡nos vamos a Indonesia! Nuestro vuelo de Air France sale hoy (11 de agosto) a las 15:15 desde la terminal 1 del aeropuerto de Barcelona. Nos esperan casi 24 horas de viaje, pero estamos eufóricos... y también un poco asustados, para qué negarlo. Vicent, por miedo a que el avión se estrelle; yo, por si nos pierden las maletas o (peor) por si se cumple la pesadilla de cualquier madre y, en concreto, la mía: que te metan droga en la mochila y acabes pasando el resto de tu vida en una prisión asiática. Como somos unos novatos en esto de viajar tan lejos en plan mochilero, al final decidimos invertir catorce euros en envolver nuestras mochilas en un plástico para evitar un destino tan dramático. Después, tras realizar el check-in e insistir cansinamente para asegurarnos de que manden nuestras maletas directamente a Yakarta, nos despedimos de nuestra familia y pasamos a la zona de embarque.
 
Allí, las dos horas se nos pasan volando. Nos pasamos el rato repasando los últimos detalles del recorrido e imaginándonos cómo cambiará nuestra visión del mundo en las próximas semanas. También hay algo de nervios. Nuestro primer vuelo es el de Barcelona-París y, aunque allí tenemos dos horas para cambiar de avión, hemos leído en foros que el aeropuerto Charles de Gaulle no es precisamente el paraíso de los que hacen escala.
 
Unas cuatro horas más tarde, nos encontramos esperando en la terminal 2E del aeropuerto Charles de Gaulle, en el que no hemos tenido ningún problema (¡Ves como no te puedes fiar de todo lo que pone en Internet!). Nos queda más de una hora de espera y como estoy demasiado nerviosa para leer y no hay muchas tiendas, me dedico a pasar el rato observando al resto de pasajeros que van a viajar en el mismo avión que nosotros. Aquí, a diferencia de en Barcelona, ya se ve una gran mezcla de viajeros de diferentes orígenes. A un lado, tengo una familia francesa. Al otro, unos españoles. Justo enfrente, varias personas con rasgos asiáticos comienzan a hacer cola para el embarque.